TODAVÍA UN
POCO...
DESPUÉS VERÉ MI BLANCA ASTRONAVE DESCENDER EN UNA NOCHE
DE LUNA LLENA ESTRELLADA DE TRÉMULAS ESTRELLAS.
ENTONCES ESTE CORAZÓN CESARÁ DE LATIR Y MI ESPÍRITU
CANTARÁ ODAS A MI SEÑOR, POR HABERME CONCEDIDO, AÚN UNA VEZ MÁS, SERVIRLO Y
AMARLO ASÍ COMO ÉL QUIERE SER SERVIDO Y AMADO.
EN AQUEL DÍA, SURCARÉ
LOS CIELOS DEL MUNDO COMO UN RESPLANDECIENTE METEORO Y HARÉ DESCENDER EN
AQUELLOS QUE ME HAN SIDO HERMANOS Y HERMANAS UN LUMINOSO ROCÍO DE PERFUMADO
AMOR COMO PAGO DEL ETERNO LIGAMEN ENTRE MI
Y SUS ESPÍRITUS EN UN ÚNICO ABRAZO CON AQUEL QUE NOS HA VUELTO INMORTALES.
Eugenio
Siragusa.
nicolosi, 8 marzo 1988
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